Historia del vino: su origen y otras curiosidades

Historia del vino: su origen y otras curiosidades

Escrito por: Equipo Editorial Rosadito

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Tiempo de lectura 5 min

Muchos consideran que beber vino en reuniones familiares o con amigos es una moda. Sin embargo, lo que no saben es que esta bebida nos ha acompañado a través de los años e, incluso, ha estado en muchos eventos importantes para la historia de la humanidad.

Si aún no conoces los datos más interesantes de una de las bebidas más antiguas, ¡no te puedes perder este artículo! Aquí, te contaremos todo lo que necesitas saber acerca de la historia del vino. 

Curiosidades del origen del vino

¿Sabías que el vino es mencionado más de 200 veces en la biblia? Es que la historia del vino transcurre de forma paralela a la historia de la humanidad. Uno de los escritos más antiguos sobre el vino se encuentra en el Antiguo Testamento: «Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña; bebió el vino, y se embriagó».

El nombre del vino proviene de la palabra en latín «vinum», que a su vez tiene origen de la palabra griega «óinos». Aunque el cultivo de la vid (Vitis vinifera sylvestris) y la elaboración de bebidas a partir de las uvas ya se realizaban en torno a los años 6000 y 5000 a. C., no es hasta la Edad de Bronce que se produjo el verdadero nacimiento del vino

Los arqueólogos han encontrado indicios que fijan el origen de la primera elaboración del vino en Súmer, en las tierras regadas por el Tigris y el Eúfrates, en la antigua Mesopotamia, actual Armenia.

Desde Súmer, llegó a Egipto, donde competiría con otra bebida con alcohol, la cerveza, que se elaboraba en el Antiguo Egipto. Los egipcios fermentaban el mosto, el zumo de la uva, en grandes vasijas de barro, y producían vino tinto. El vino se convirtió en símbolo del estatus social y era utilizado tanto en ritos religiosos como en festividades paganas.

La adaptabilidad de la vid impulsó su expansión por Europa Occidental a través de las rutas comerciales. Se cree que la vid llegó a la Península Ibérica antes que los fenicios, en torno al 3000 a. C.

El consumo de vino desde entonces ha tenido una expansión cultural enorme. Posteriormente, los romanos plantaron los primeros viñedos a lo largo del Mediterráneo y confeccionaron las técnicas de vinificación.

Algunos expertos consideran que el vino llegó a su máxima perfección cuando se creó el champagne, un tipo de vino espumoso creado por un monje en una   abadía francesa, aproximadamente en 1690.

Historia del vino en tres tiempos

Antes de conocer el auge del sector vinícola, es importante saber los tres tiempos históricos más importantes de esta bebida hasta ahora. 

A continuación, te mostramos una línea de tiempo donde el vino fue el protagonista:

Antigua Grecia e Imperio Romano

En el año 700 a. C. el vino llegó a Grecia, uno de los mayores baluartes del vino. Los griegos, al igual que los egipcios, consideraban el vino como una bebida privilegiada. En esta época el vino se bebía diluido en agua y se utilizaba en ritos religiosos o funerarios y en celebraciones. 

Los griegos crearon diferentes formas de almacenamiento de vino como ánforas de gran tamaño de pino o cráteras y ritones.

El vino llega a Italia en el año 200 a. C. Los romanos aplicaron varios de sus avances tecnológicos al mundo del vino,

 convirtiéndose en los mejores productores del vino hasta la época. 

En el Imperio Romano era el vino blanco el que simbolizaba el poder y la riqueza y se reservaba para las casas nobles. Estos realizaban maceraciones con diferentes hierbas para crear diversos aromas. Mientras que la gente con menos dinero podía disfrutar del vino tinto en las tabernas de la época. 

Desde Roma el vino se extiende por Europa, principalmente a Francia, en la Guerra de las Galias, donde se narra que Julio César transportaba el vino en cubas de madera. Los galos imitaron la tradición de usar barricas de madera en la elaboración de cerveza y la adaptaron a la producción del vino.

En Grecia y el Imperio Romano los dioses del vino eran muy venerados, Dioniso en el caso de los griegos y Baco en el caso de los romanos. Estos dioses se asociaban al consumo de esta bebida y las festividades. Siempre son representados con una copa de vino en la mano.

Edad Media

Después de la caída del Imperio Romano, en Europa el desarrollo de la viticultura y de la enología se puso en las manos de los monjes cristianos, quienes se esforzaron mucho para mejorar todos los sistemas de elaboración de vino, aprovechando para ello los viñedos heredados de los romanos. Los monjes anotaban el impacto de la exposición al sol, la cantidad de lluvia, la distancia entre vides o las variedades de uva utilizadas. Francia, Italia y España son los grandes productores y exportadores de vino desde el Medievo.

Para el hombre medieval, el vino era un producto de consumo habitual y parte de la dieta diaria, especialmente, porque la iglesia cristiana estaba muy presente en su estilo de vida. En la tradición judeo-cristiana el vino es clave, por lo que la expansión de la iglesia cristiana también implicó la expansión del vino.

Edad Moderna y el Nuevo Mundo

En la Edad Moderna, los colonos españoles llevaron el vino a América, y la utilizaban como moneda de cambio por cultivos típicos de la zona, como el café y el cacao. 

En los siglos XVII y XVIII se comenzaron a embotellar en vidrio los diferentes vinos y se empiezan a utilizar tapones de corcho. Además, en esta época, también se descubrió cómo elaborar vinos espumosos, los cuales dieron un vuelco en la producción del vino.

Otro suceso de gran importancia fue la plaga de la filoxera, que se produjo en el siglo XIX, la cual estuvo a punto de acabar con todas las plantaciones de vid en Europa. Esta también llegó de Estados Unidos. Se alimentaba de las raíces de la vid. Todos los países de Europa se vieron afectados por esta plaga y, gracias a las plantaciones que se trasladaron a América con la inmigración, se pudieron recuperar las vides silvestres originales. Es así como una cepa como el Malbec llega a Argentina.

Historia del vino en México

La historia del vino en México comienza con las primeras vides traídas por los conquistadores españoles. Una vez que se concretó la conquista, se comenzaron a extender los sembradíos desde el centro hacia los diferentes puntos del país, sobre todo en Querétaro y Guanajuato; pero donde se explotó el potencial vitivinícola del país fue en la parte norte en los estados de Baja California y Sonora.

‍Esta actividad comenzó a generar un cambio en la economía social, pues se logró desarrollar comunidades completas gracias a los trabajos que se generaban en los viñedos, permitiendo que las familias de las zonas pudieran obtener un sustento.

En el año 1900, una plaga destruyó gran parte de la viticultura en el país, a pesar de los esfuerzos de los viticultores, el vino producido no era de la mejor calidad. A pesar de esto, no se dejaron vencer, se modernizaron y optimizaron sus procesos, logrando que al final de los años 80 se iniciara en el país la producción de vinos de alta calidad.

En los años 90 comienza el renacimiento de la vitivinicultura mexicana. Los productores locales lanzaron al mercado vinos que rápidamente se distinguieron por su sorprendente calidad, exquisita finuta y delicioso sabor, gracias a un gran esfuerzo, la aplicación de grandes cantidades de recursos y la tecnología más moderna.

Actualmente, México cuenta con Rosadito, su primer vino rosé de lata, el cual se inspira en vinos rosados de Provenza, Francia. 

Hoy en día el vino tiene reconocimiento a nivel mundial. En países como España, surgieron diversas categorías de vinos, y lugares como Burdeos, La Ribera del Duero, Jerez o La Rioja comenzaron a definirse como grandes productores de vino.

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