¿Cómo catar vinos como un profesional?

¿Cómo catar vinos como un profesional?

Escrito por: Equipo Editorial Rosadito

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Tiempo de lectura 6 min

Seguramente te has preguntado alguna vez cómo hacen las personas para escoger el mejor vino. Beberlo da mucho placer, pero para catar vino como un profesional necesitarás de algo de tiempo y mucha práctica. 

¿Qué es una cata de vino? 

Antes de conocer qué es una cata, vale la pena adentrarnos en la historia del mundo del vino. En primer lugar, el vino es una de las bebidas que más se ha consumido en la historia de la humanidad.

Los comienzos de esta bebida se dieron en las antiguas regiones que hoy en día conforman Georgia. Rápidamente, se extendió por tres sitios: Fenicia, Egipto y Mesopotamia. A pesar de esto, la gran expansión y comercialización del vino se dio en Grecia y en el gran Imperio Romano.

La cata de vino no es más que el arte de experimentar y analizar a través de todos tus sentidos el vino que vas a beber. Ahora, si sabes cómo catar un vino, podrás apreciar en su totalidad las cualidades que te puede ofrecer esta bebida. en la vista, el olfato y, por supuesto, el gusto.

Pero este arte solo se aprende de una forma: probando. Así es, para convertirte en un profesional de la materia, tendrás que descubrir distintas variedades de vinos y cepas. De tal manera que puedas entrenar la memoria de los sabores y olores y, de esta forma, encontrar los mejores vinos.

Para ello, puedes asistir a alguna cata en bodegas para conocer los diferentes tipos de vino en el lugar donde se crean y así observar cómo es el proceso de creación de vinos espumosos. También puedes hacer cursos especializados en el tema para convertirte en todo un sumiller.

Eso sí, debes tomar en cuenta que, para ser un gran catador de vinos, necesitarás experimentar la variedad: es importante probar diferentes vinos de buena calidad. No es muy recomendable centrarse en una sola cepa, porque es fundamental probar los distintos matices y sabores de vino.

Debes conocer esto antes de realizar la cata 

El entorno donde se desarrolla la cata tiene una influencia muy importante para la experiencia final.

La iluminación: Es importante que todo esté bien iluminado y, si es luz natural, mucho mejor. Esto es debido a que la luz natural es indispensable para distinguir los colores del vino. En caso de que tengas que hacer uso de la luz artificial, lo recomendable es que sea lo más blanca y homogénea. Además, es fundamental que cuentes con una mesa con un fondo blanco o claro. De esta forma, analizarás mejor el color del vino. 

El lugar: Para disfrutar mejor de los sabores, aromas y color del vino, se necesita un lugar específico. En ocasiones muchas catas se organizan en viñedos, y estas suelen ser al aire libre, donde el entorno juega muy a favor para disfrutar de un buen vino. Sin embargo, en líneas generales se utilizan salas de cata con ciertas características.

El color de la sala: Para concentrarte mucho más, es preferible una sala con tonos neutros. Si es de color blanco, mucho mejor.

La ventilación: Para que tu apreciación no se vea afectada debes evitar a toda costa los olores fuertes, como ir muy perfumado o realizar la actividad en una sala donde la ventilación no sea óptima. 

La temperatura: Mantener la sala a una temperatura ideal es muy importante a la hora de catar un vino. De esta forma, expresa mucho mejor sus aromas y matices. Se recomienda servir los tintos jóvenes entre 14 y 16 °C, los vinos blancos con barricas y los vinos rosados entre 10 y 13 °C, los vinos blancos jóvenes y cavas entre 6 y 9 °C.

Copas de vino: Usa una copa de vino para cada cata o lávalas con agua limpia cada vez que las hagas, no las vayas a reutilizar sin lavarlas a menos que desees que los sabores se mezclen.

Fases de una cata de vinos

I. Fase visual

Empezamos las fases de la cata con la parte visual. Esta fase inicia desde que se abre el vino. Al servirlo debes tener la copa de forma inclinada, de manera casi horizontal. A pesar de que se te haga extraño servirlo de esa forma, te será mucho más sencillo detectar ciertas características del vino. 

  • Limpieza o transparencia: ¿Cuándo un vino es limpio? esto quiere decir que no posee residuos sólidos visibles, si en tal caso el vino los posee, no te preocupes, que pueden ser provenientes de la uva o de microorganismos. Este detalle puede generar una mala impresión del vino.
  • El color del vino: El color es un indicador de la edad del vino y según su tipo puede tener diferentes colores. Para el caso de los vinos blancos, suele estar entre un amarillo pálido, característico de su juventud, a un amarillo ambarino pajizo, prueba de su añejo. En cambio, los vinos tintos van perdiendo su color rojo, los tintos jóvenes adquieren un color rojo púrpura, que luego pasan por un tono rubí y granate hasta llegar a los tonos caobas de los vinos más añejos.
  • Lágrimas: Seguramente, has visto alguna vez esas pequeñas gotas que se quedan en la superficie de la copa. Pues estas gotas están muy ligadas a la concentración de alcohol y a su graduación. Si al mover la copa, notamos que las gotas o las lágrimas caen de manera lenta, esto indica entonces que la densidad es alta y, por lo tanto, su graduación es mayor.
  • Su fluidez: Para comprobar este dato debes sostener la copa por el pie y hacerla girar de manera suave. El movimiento del vino te revelará la densidad o concentración. Por otro lado, cuando el movimiento se detiene, la cantidad de vino que se queda pegado en las paredes, llamado «lágrimas» «perlas» o «piernas», nos dice la graduación alcohólica. Mientras más densas y marcadas sean las lágrimas, mejor graduación alcohólica tendrá el vino. Pero antes de girar el vino, debemos hacer una primera fase olfativa que veremos más adelante.
  • El gas carbónico: El CO₂ se encuentra en todos los vinos, ya que se forma de manera natural durante el proceso de fermentación. Sin embargo, las cantidades son tan pequeñas que en gran parte de los vinos no se puede percibir ni en la parte visual ni en la olfativa. En algunos vinos blancos jóvenes, podemos ver pequeñas burbujas en las paredes de las copas.

II. Fase olfativa

En esta fase, puedes apreciar los sabores básicos y el aroma del vino. 

Los vinos jóvenes tienen aromas de fruta (como la frambuesa) o florales, mientras que hay otros que tienen aromas balsámicos. Estos aromas se obtienen durante la crianza del vino. Lo primero que vas a identificar en el análisis olfativo son los frutos (frutos secos, frutos rojos).

Este proceso lo debes iniciar con un agarre delicado, pero firme de la copa, la cual la vas a acercar hacia la nariz, intentando identificar los aromas primarios, principalmente relacionados con la variedad de uva, el terreno, la naturaleza y otros aromas frutales.

Así que ten cuidado de acostumbrarse al olor y afectar tu percepción, por eso, debes inhalar con moderación.

Luego de haberlo olido la primera vez, debes agitar un poco la copa para que el vino entre en contacto con el oxígeno y dé paso a los aromas secundarios, relacionados con la fermentación y el proceso de vinificación.

Para finalizar, agitamos de forma más enérgica la copa de vino con la finalidad de alcanzar los aromas terciarios, relacionados con la edad del vino. 

¿Sabías que los vinos pueden emanar muchos tipos de olores?

III. Fase gustativa

La fase de degustación es la más esperada por todos. Si quieres saber la denominación de origen del vino, este paso es fundamental. El vino finalmente llega a la boca y nuestra sensación táctil se activa. Para ello, debemos sorber un poquito y pasarlo de un lado a otro de la boca para poder percibir todos los sabores de manera correcta (el vino es dulce, ácido o amargo).

Luego, pasaremos a analizar otros aspectos importantes como la textura o la astringencia y, para ello, necesitaremos la intervención de nuestro sentido del tacto.

Posteriormente a esto, si tragamos o escupimos el vino, expulsamos el aire por la nariz. Sin embargo, el conjunto de sensaciones antes percibidas que quedan en la boca, serán distintas en cada persona. Esto es lo que conocemos como la fase de vía retronasal.

Al finalizar estas tres fases para catar un vino, es importante comentar otros elementos que nos servirán para hacer una valoración final del vino; si la calidad es buena o no, y si está o no listo para su consumo.

Entre estos aspectos podemos destacar el origen, la localización, la variedad en cuanto a uvas, el precio (si es económico, medio, alto, o superior), y la calidad (si es pobre, aceptable, buena, muy buena).

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