¿A qué temperatura debemos servir el vino?
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Contenido
La temperatura adecuada es un factor crucial al momento de servir y disfrutar del vino, y así poder apreciar su sabor, sus características y su cuerpo.
Vamos a aprender cómo lograr una temperatura óptima antes de servir, por qué cada tipo de vino se debe servir a una temperatura diferente, entre otros tips que todos los amantes del vino deberían conocer.
La temperatura correcta del vino juega un papel importantísimo al momento de tomarlo. El frío excesivo atenúa las notas dulces y alcohólicas del vino y potencia su tanicidad y acidez. Por esta razón, es necesario conocer las temperaturas a las que cada vino debe servirse, para así disfrutar de todas las sensaciones, características y sabores adecuadamente.
Los vinos no deben guardarse en el congelador, ya que esto podría arruinar su sabor por completo. Te presentamos algunas opciones para mantener el vino fresco de una forma menos agresiva:
También hay diferentes termómetros con los cuales se puede medir la temperatura de servicio de los vinos. Unos son más exactos que otros. Te presentamos algunas opciones:
Cada tipo de vino tiene propiedades diferentes, por lo que cada uno tiene una temperatura óptima diferente para así disfrutarlo mejor.
Los tintos jóvenes, como el pinot noir o el tempranillo, deben servirse entre los 12° y 14°, ya que contienen menos cantidad de taninos. Por lo tanto, cuando se sirven frescos, se evita el sabor a alcohol en exceso. Este tipo de vino se caracteriza por transmitir sensaciones placenteras y suaves al paladar, es uno de los mejores vinos para empezar el trayecto en el mundo del vino.
Los tintos reserva o de crianza, como el cabernet sauvignon, pasaron más tiempo en las barricas y en las botellas de vino, dónde deben permanecer de forma horizontal, selladas con corchos, con apenas contacto con la luz y el oxígeno, por lo que tienen más cantidad de taninos.
Necesitan servirse entre los 14° y 18° (lo que antes era conocido como temperatura ambiente), para así poder expresar su complejidad aromática y potenciar sus sabores dulces.
El frío acentúa los sabores dulces en el vino blanco dulce, y ayuda a disminuir su acidez, por lo cual debe servirse fresco. De esta manera, se disfrutará al máximo de su sabor. Lo ideal es servirlo a 8°. Los vinos blancos jóvenes y dulces son los más apreciados por los paladares amantes de lo dulce, por lo que también suelen ser los mejores vinos para iniciar el camino en el mundo del vino.
Estos vinos tienen una personalidad muy específica, porque tienen una cantidad de azúcar mucho más baja, y por eso deben complementarse con una temperatura intermedia. La temperatura ideal va entre los 8° y los 10°. Un ejemplo perfecto es el chardonnay.
La garnacha es una de las variedades de uvas más plantadas debido a su flexibilidad para hacer diferentes tipos de vino, entre ellos los vinos rosados. Estos son flexibles en cuanto a la temperatura en la que son servidos. Varía entre los 6° y los 10°.
Si se llegan a servir a mayor temperatura, pierden el sabor delicado y frutal que tanto los caracteriza.
Los vinos espumosos, como el sauvignon blanc, suelen servirse más fríos. Se caracterizan por ser refrescantes, y divertidos, y sus burbujas se producen por su segundo proceso de fermentado, así, se acentúa la sensación de frescor que ofrecen las burbujas y se resaltan sus sabores dulces o ácidos. Además, se evita el desprendimiento de gas carbónico.
La temperatura ideal varía entre los 5° y los 10°.
Las latas, aparte de ser un envase sumamente conveniente para el vino, también permiten lograr un enfriado más rápido y eficiente. Además, mantienen la temperatura ideal del vino por más tiempo. La temperatura a la que debe servirse depende del tipo de vino que sea, pero como por lo general son vinos frescos y jóvenes con sabores muy suaves y frutales, se pueden servir entre los 6° y 12°
A la hora de enfriar un vino enlatado te tomará menos tiempo llegar a la temperatura ideal de lo que te tomaría con un vino de botella, así que podrás enfriar y disfrutar tu Rosadito mucho más rápido.
No es recomendable poner hielo en la copa de vino para enfriarlo, ya que cambia completamente su estructura y se diluyen los sabores, En fin, se convierte en una bebida completamente diferente.
Si quieres ayudar más al enfriamiento del vino, puedes meter las copas en el refrigerador para que así se mantengan frescas cuando se sirva el vino, previamente enfriado. Además, una buena idea es poner uvas, con todo y piel, en el freezer o congelador hasta que se congelen, y luego servirlas en la copa. De esta manera, no se aguará el vino y al terminar tendrás un snack fresco y delicioso.
Pero si deseas disfrutar de todos los sabores y aromas que esta bebida tiene para ofrecerte, lo ideal es no ponerle hielo.
¡Prueba tus nuevos conocimientos con una lata de Rosadito, el primer vino en lata de México!