Todos conocemos el principio básico de maridar vino tinto con carnes rojas y vinos blancos con carnes blancas, pero ¿se pueden hacer combinaciones más innovadoras? ¿Con qué comida podemos acompañar nuestro vino favorito? ¿Hay más de un tipo de maridaje? ¡Aquí encontrarás las respuestas!
¿Qué es el maridaje?
Se le conoce como maridaje al proceso de combinar un tipo de vino con una comida para complementar y realzar los sabores de ambos.
Con el paso de los años, muchas culturas han producido vinos típicos de sus zonas. Cada variedad posee características que los hacen especiales, y si bien antes tradicionalmente sólo se combinaban esos vinos con los platos típicos del lugar, el arte de maridar ha evolucionado lo suficiente como para hacer combinaciones más adecuadas, e incluso audaces, de sabores y texturas con la finalidad de incrementar el placer de comer.
El objetivo principal del maridaje de vinos es crear nuevas sensaciones en la degustación de la comida y de los vinos.
Consejos para maridar
¿Tienes dudas al momento de elegir un buen vino para acompañar una rica comida? Te dejamos algunos consejos para que apliques el maridaje de forma correcta y tengas la mejor experiencia:
Piensa en los sabores y disfruta el proceso. No te cierres a nuevas experiencias, esto te ayudará a abrir tu mente a posibles combinaciones que quizás no se te habían ocurrido.
Procura que todo el menú combine y se complemente entre sí, eso te ayudará a comprender más fácilmente el papel que cada tipo de vino puede desempeñar. El vino y la comida deben tener la misma intensidad. De lo contrario, puede pasar que la comida intensifique o disminuya algún rasgo del vino, o puede que algunos vinos anulen el sabor de la comida.
Toma en cuenta la forma en la que se cocinan los alimentos, porque es clave. No es lo mismo una carne o un pescado a la plancha o guisado, con salsa, o una tabla de carnes frías. La complejidad o la sencillez del vino va a depender mucho del alimento que se consuma en ese momento.
El vino y la comida también deben complementarse por su peso y equilibrio en el paladar: en el caso de los alimentos, podemos evaluar su peso al observar los ingredientes usados para su preparación. Mientras que en el caso de los vinos podemos determinar su peso por el cuerpo y la intensidad de su sabor. Esto se define por el contenido de alcohol, la concentración de taninos, el tipo y origen de las uvas utilizadas y el tiempo de maduración.
Conocer la asociación y el contraste puede ser de mucha utilidad al momento del maridaje, por ejemplo:
Por contraste: los vinos de sabor amargo combinan bien con comidas más grasosas, ya que ayudan a cortar la sensación de grasa en el paladar.
Por asociación: los vinos dulces combinan bien con los postres, pues la dulzura de ambos hace una combinación placentera.
Sin embargo, el mejor consejo que podemos darte es que confíes en tus gustos personales. Las preferencias se pueden usar como una guía para orientarnos, pero lo cierto es que sólo tú sabes lo que te gusta, las combinaciones que quieres intentar, los aromas y texturas que disfrutas, etc.
Por ejemplo, si eres de los que disfruta los sabores frescos que combinan con comidas y experiencias divertidas y ligeras, entonces Rosadito es el vino perfecto para ti. Es el primer vino enlatado de México, inspirado en los vinos rosados de Provenza, Francia, tiene varias ediciones que se adaptan a los diferentes gustos, y la frescura es su característica principal.
Tipos de maridaje
Los mencionamos anteriormente de forma breve, pero al momento del maridaje, si bien hay muchas combinaciones que pueden funcionar, solo existen dos tipos de maridaje:
Maridaje congruente (por acuerdo o por similitud): ocurre cuando se combinan un vino y un alimento con características similares, ya sea en textura, sabor fuerte o sabor ligero. Entre algunos de los ejemplos más clásicos podemos encontrar: carnes rojas y grasosas como la tira de asado con Malbec, pastas con salsas rojas con Cabernet Franc, pescados como el salmón rosado con Pinot Noir y carne de cerdo con el Merlot.
Maridaje contraste (por contraposición): ocurre cuando las características del alimento y del vino son completamente opuestas y por eso pueden llegar a complementarse, algunos casos polémicos que terminan combinando bien son: por ejemplo, vino rosado dulce con quesos fuertes como el roquefort.
Ejemplos de maridaje clásicos
Te presentamos una lista de ejemplos de los maridajes clásicos más recomendados divididos por categorías:
Maridaje para carnes rojas
Carnes grasas: este tipo de carnes van de la mano con vinos intensos, preferiblemente que hayan pasado tiempo en barrica, tales como el Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Bonarda, etc.
Carnes magras: el maridaje perfecto para las carnes magras son vinos que hayan pasado poco tiempo en barrica, y variedades con taninos medios o escasos como el Pinot Noir, Merlot, Tempranillo y Sangiovese.
Maridaje para carnes blancas
Las carnes blancas son muy versátiles, todo depende de su preparación, combinan tanto con vinos tintos como con vinos blancos:
Carnes blancas y vinos tintos: los tintos jóvenes o con un paso leve en las barricas son perfectos, como Pinot Noir, Malbec jóven, Merlot sin barrica, Cabernet Franc jóven o Cabernet Sauvignon moderno.
Carnes blancas y vinos blancos: Chardonnay con un leve paso por barrica, Viognier o Semillón.
Maridaje para pescados
Pescados grasos: los mejores vinos para combinar con esta clase de pescados son los blancos con prolongado paso por barrica como el Chardonnay, Viognier o Semillón, o los tintos suaves como Pinot Noir o Merlot.
Pescados magros: van perfecto con vinos blancos frescos, ligeros y con toque frutal, como Sauvignon Blanc o Torrontés.
Maridaje para quesos
El queso y el vino siempre han sido mejores amigos. Hay muchísimas clases de quesos, y hay un vino perfecto para cada uno:
Quesos frescos: como la mozzarella, su sabor es muy suave, por lo que siempre se acompañan con algo más para complementar, así que se recomienda acompañar este tipo de quesos con vinos blancos jóvenes y frescos, o espumosos.
Quesos de curación media: como el gouda o el emmental, que ya tienen un poco más de sabor, así que combinan perfectamente con vinos blancos secos y fermentados en barrica como el Chardonnay.
Quesos curados: como el parmesano o el manchego, van perfecto con tintos jóvenes.
Quesos enmohecidos o maduros: como el brie y el camembert van bien con vinos blancos estructurados, o tintos jóvenes y frescos.
Quesos azules: como el roquefort y el gorgonzola combinan perfecto con vinos de cosechas tardías, o dulces.
Maridaje para sabores picantes
Es complicado de combinar porque ambos tienen sabores complejos y fuertes, que al maridarlos mal pueden originar sabores desagradables. Sin embargo, los vinos blancos jóvenes, frescos y ágiles son un buen maridaje para los sabores picantes, como el Torrontés, Sauvignon Blanc y Viognier sin paso por barricas.
Maridaje para dulces
Los postres como las tortas, o las frutas van perfecto con espumosos semi sec o dulces, o vinos de cosechas tardías dulces naturales.
Vinos rosados
La característica principal de los vinos rosados es su versatilidad, y combinan perfectamente con:
Picadas.
Carnes blancas.
Frutos del mar.
Algunas carnes rojas con un índice graso medio.
Pescados.
En resumen, elmaridaje es cuestión de gustos. Atrévete a probar diferentes combinaciones y a experimentar, lo importante es que lo pases bien y compartas con tus seres queridos los lindos momentos que implican sentarse a comer y disfrutar de un buen vino.
Si deseas tomar un vino refrescante y divertido, prueba Rosadito, el primer vino rosa en lata de México.